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BUSCANDO EL CAMINO HACIA LA DIGNIDAD
El pasado 2 de mayo se cumplieron 10 años del terrible atentado que sufrió ese pueblo a orillas del Río Atrato, cuando estalló un cilindro-bomba dentro de la pequeña Iglesia, llena de personas que se refugiaban del fuego cruzado de una toma guerrillera. Murieron 119 civiles, aproximadamente.
Nuestra parroquia y los Misioneros Claretianos nos sentimos especialmente vinculados en el afecto y la solidaridad con el pueblo y la iglesia chocoana. Por eso publicamos -facilitado por la seglar claretiana, Aurora Bailón- el comunicado que en esta ocasión dieron a conocer las organizaciones étnico-culturales y de víctimas. Añadimos el enlace a un interesante sitio web y la plegaria compuesta por la comunidad a la elocuente imagen del Cristo de la capilla destruida.
Se cumple una década de la
conocida masacre de Bojayá. La matanza ocurrida aquí, marcó un antes y un
después en la memoria colectiva del Choco y de Colombia, algunas de las razones
son: la mayoría de la victimas mortales eran menores de edad (alrededor de 45
niños), la masacre se produjo dentro de un Templo Católico; el conflicto contó
con la participación de guerrilleros, paramilitares y el papel confuso del
Ejército Nacional, el hecho de que se hubiera activado los mecanismos de
alertas tempranas sin que el estado actuara a tiempo; el papel posterior de la
cooperación internacional, han pasado diez años, pero las heridas y las
consecuencias se pueden sentir aun en el medio Atrato, como si estuvieran tan
fresca que nos produce escalofríos tener que recordarlas.
El conflicto en la región ha cambiado sus
formas desde la masacre y comunidades nunca volvieron a ser las mismas ni a
recuperarse, ya que sucesos no dan tiempo ni para comprenderlos, después de
diez años sufrimiento debemos estar atento para recibir el otro golpe. Es una
cadena muerte que no termina.
En la región se han realizado trabajos de
recuperación de la memoria, estudios sobre impacto psicosocial, la construcción
de la nueva comunidad de Bellavista y algunas iniciativas de reparación por
mandatos judiciales, pero esto no lo podemos asimilar y entender como
estrategia de recuperación y menos como una reparación integral porque hasta el
momento esto no lo ha sido.
Hoy queremos avanzar dando un salto hacia
la confianza y empezar a construir un verdadero camino de dignidad, al cual
consideramos tenemos derecho. Claro que esto no será posible sin observar la
realidad en la que nos encontramos.
El departamento del Choco ilustra las más
vergonzantes cifras de necesidades básicas insatisfechas, generándose un enorme
contraste y desigualdad social con relación al resto del país, las comunidades
étnicas hoy vivimos sin ninguna clase de protección y garantía de los derechos
individuales y colectivos, a pesar de las ordenes emitidas por la Corte
Constitucional como la sentencia T 025 de 2004 y sus autos de seguimiento sin
que a la fecha se vislumbre un camino que nos lleve hacia la justicia, la
verdad y una reparación integral.
Como resultado del terror de la masacre
en Bojayá, hoy se encuentran en condición de desplazamiento aproximadamente
2.460 personas agrupadas en 410 familias en diferentes barrios periféricos de
la ciudad de Quibdó, pero según cifras oficiales la población total en
condición de desplazamiento en el departamento del Choco es de 55.225 personas
equivalentes a 11.786 familias y con mucha tristeza tenemos que decir que no
han recibido la atención adecuada por parte de las instituciones responsables,
tal es el abandono que en el departamento se repartieron 3.842 carta cheques
(subsidios de viviendas), los
cuales a la fecha no se han podido
ejecutar por los requisitos que le exigen a las familias son demasiado difícil
de alcanzar.
Hoy nuestros territorios continúan siendo
escenarios de confrontación entre los actores armados obligándonos a
abandonarlo, para poder quedarse con toda la riqueza que en él se encuentra y
propiciando el exterminio de nuestra población y la cultura. Hoy queremos decir
que somos un pueblo explotado, marginado y saqueado porque nos han arrebatado a
punta de bala y masacres nuestra tierra, pero también somos un pueblo que clama
por sus derechos y no es otra cosa lo que buscamos del estado y los gobernantes
de turno.
El estado colombiano viene tomando
grandes y graves decisiones que afectan el territorio y la vida de las etnias
sin respetar ni proteger nuestros derechos. La biodiversidad, los recursos
mineros, la madera y otras riquezas han sido feriadas a empresas trasnacionales
y elites colombianas sin la aplicación del Derecho Fundamental a la consulta
previa consagrada en el convenio 169 de la OIT, ratificado por Colombia en la
ley 21 de 1991. Esta realidad presentada es la principal causa del desarrollo
del conflicto armado en la región, ha generado y seguirá generando
desplazamiento forzado, despojo y saqueo de sus riquezas.
Desde el 2009 a febrero de 2012 tenemos
un reporte de medicina legal de homicidios en el departamento de 435 personas
sin tener en cuenta el sub registro en muchos casos, para nosotros esto es muy
preocupante ya que entre estos están algunos de nuestros hijos en condición de
desplazamiento. Como si fuera poco de estos casos hay 17 menores de edad y 29
mujeres.
Contamos con 27 casos documentados de
amenazas a líderes, lideresas y organizaciones, de los cuales 22 de ellos desde
junio de 2011 los hemos puesto en conocimiento del ministerio del interior,
además solicitamos las medidas de protección individuales y colectivas, pero a
la fecha el gobierno no se ha pronunciado, este silencio nos preocupa ya que
conocemos y sabemos el riesgo que algunos de nuestros hermanos y hermanas se
encuentran, además en Colombia ya se ha venido asesinando a muchos líderes que
defienden posiciones y dan la lucha comunitaria.
El Dos de Mayo de 2002, resultaron
lesionadas más de un centenar de personas los cuales requieren de atención
médica y psicológica especializada. Igualmente realizar una investigación para
determinar la aparición de algunos casos de cáncer y su relación con las
lesiones sufridas y elementos utilizados, hoy en nuestros pueblos con gran
preocupación vemos como ha aumentado la aparición de enfermos mentales, pero
muy pocas personas pueden acceder
La población del municipio de Bojayá ha
sido víctima de innumerables procesos de desplazamiento, en el año 2005 se
desplazaron todas las comunidades negras del rio Bojayá y dos comunidades
indígenas
Para que se genere un verdadero proceso
de reconciliación para el país y de
manera especial para las victimas del
Chocó es necesario el cumplimiento de los principios de verdad, justicia y
reparación de acuerdo a como esta planteado anteriormente y teniendo en cuenta
las condiciones étnicas, culturales y las aspiraciones de desarrollo de los
pueblos negros e indígenas.
Las víctimas no somos el problema, somos
parte de la solución, somos parte de la construcción de un país incluyente y
respetuoso de los derechos individuales y colectivos por eso nos permitimos
presentar algunas peticiones especiales aunque en el recorrido de este
documento se encuentran algunas más específicas.
Exigimos que el estado asuma su
responsabilidad en el respeto de los derechos humanos, el DIH, en los derechos
económicos sociales y culturales.
Exigimos la verdad, la justicia, la
reparación y la identificación de la victimas indígenas y afro descendiente y
mestizos del Choco.
El seguimiento al tema de las sentencias
y las medidas de reparación deben generar vida y dignificar a la comunidad
Quibdó, mayo 2 de 2012
Organizaciones étnico-territoriales y de
victimas del Chocó.
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